Japón vuelve a ser el centro de las preocupaciones sísmicas mundiales tras el terremoto del 7 de agosto de 2024 en la región de Nankai. El seísmo, de magnitud 7,1, ha causado alarma entre los expertos, ya que aumenta considerablemente la probabilidad de que se produzca un terremoto devastador en las próximas décadas. Según Mario Ruiz, director del Instituto de Geofísica del Instituto Nacional de Tecnología, el riesgo de que un gran terremoto sacuda Japón en los próximos 30 años se sitúa ahora entre el 70% y el 80%.
Riesgo continuado en la región de Nankai.
Este tipo de terremotos no son infrecuentes en la región. La región de Nankai, en el sur de Japón, ha sido históricamente escenario de varios terremotos importantes, lo que la convierte en una de las regiones más peligrosas del mundo en cuanto a actividad sísmica. El último gran seísmo en la región de Nankai fue en 1946, cuando un terremoto de magnitud 8,0 desencadenó un devastador tsunami con olas de hasta 7 metros de altura. Los expertos creen que el próximo terremoto podría ser aún más fuerte, con una magnitud de 9 o más, lo que podría desencadenar un tsunami de proporciones épicas.
Preparación y prevención en Japón
Ruiz señala que la comunidad científica y las autoridades japonesas ya han lanzado advertencias a los residentes que viven alrededor de la Fosa de Nankai para que mejoren sus protocolos de preparación y respuesta. Aunque las advertencias se han retirado recientemente, el mensaje es claro: los residentes de las zonas costeras de Japón deben estar preparados para un terremoto grave. La experiencia de Japón en la gestión de desastres naturales es notable, pero incluso en este país bien preparado, un gran terremoto y el tsunami que lo acompaña pueden causar enormes daños.
Impacto mundial: riesgo de tsunami en el Pacífico.
Estas advertencias no sólo se aplican a Japón; al contrario, Ruiz señala que el tsunami del gran terremoto de Nankai podría tener implicaciones globales, afectando a varios países del Pacífico, entre ellos Ecuador, Perú, Colombia y Chile. Las costas de estos países podrían ser golpeadas por olas generadas a miles de kilómetros de distancia, lo que plantea interrogantes sobre si están preparados para un evento de esta magnitud.
¿Está preparado Ecuador para un tsunami?
En Ecuador, por ejemplo, la preparación ante un tsunami se está convirtiendo en una cuestión cada vez más importante. Se están llevando a cabo ejercicios y campañas de concienciación, pero aún queda mucho por hacer en materia de infraestructuras, comunicaciones y protocolos de evacuación. La experiencia de otros países, como Japón, que ha desarrollado un sistema de alerta temprana y una cultura de preparación ante los desastres, podría servir de modelo para Ecuador y otros países de la región.
Un ciclo sísmico de 100 años
Según la historia geológica, los terremotos en Nankai se producen en un ciclo de aproximadamente 100 años, lo que significa que el próximo gran seísmo está a la vuelta de la esquina. Ante esta advertencia, las autoridades japonesas y científicos de todo el mundo vigilan de cerca la actividad sísmica de la región. El objetivo es estar lo más preparados posible para minimizar los daños y salvar vidas cuando se produzca un gran terremoto.
Lecciones de Japón para el resto del mundo
El reciente terremoto de Nankai nos recuerda lo importante que es que todos los países de la región del Pacífico estén preparados para afrontar catástrofes naturales de gran magnitud. Aunque es imposible predecir con exactitud cuándo se producirá el próximo megaterremoto, está claro que la preparación es clave para minimizar su impacto. Japón ya ha dado la voz de alarma, y otros países, especialmente en la región del Pacífico, deben tomar medidas para reforzar su capacidad de respuesta ante tsunamis y otros fenómenos relacionados con los terremotos.
Cooperación internacional para responder a las catástrofes.
La comunidad internacional también tiene un importante papel que desempeñar en estos momentos. La cooperación entre países para compartir conocimientos, tecnología y estrategias de preparación puede marcar la diferencia en la forma en que los países responden a las catástrofes. Japón ha hecho progresos significativos en su capacidad de respuesta al terremoto y el tsunami, pero las lecciones aprendidas por otros países de la región del Pacífico son igualmente importantes para desarrollar un enfoque global más coordinado y eficaz.
El reciente terremoto de Nankai y la creciente probabilidad de que se produzca un megaterremoto en los próximos 30 años subrayan la importancia de la preparación regional y mundial. Los países del Pacífico, especialmente Ecuador, Perú, Colombia y Chile, deben tomarse en serio esta advertencia e implementar planes de contingencia, sistemas de alerta temprana y protocolos de evacuación para proteger a sus ciudadanos de un tsunami potencialmente devastador.